Creemos, en lo absoluto, en la lúdica vocación de las palabras como esencia que posee la magia para la materialización del ritmo vital de los sentidos, de las sensaciones, de las emociones, de las pulsiones, de las ideas.
Somos pulsión, y esa pulsión se materializa en un instante orgásmico. Somos pasión, y esa pasión se expresa en el instante mágico del poema.
No podemos negar que este nuevo siglo nos ahoga y arrincona con sus delirantes suburbios de tecnologías estrepitosas, pasos acelerados, voces inconexas. No podemos negar que las pantallas nos aniquilan y obseden. Pero nos queda la poesía como estado de catarsis, de purificación. Delicioso camino para reinventar los destinos, el espíritu, las ideas.
Octavio Paz (1989), en su tratado de la Otredad, asume con gran propiedad que el problema más grave que afrontamos en la actualidad es la angustia y que la mejor manera de afrontar sus conflictos es el diálogo y con él, la poesía y el amor (Razón y Palabra, revista electrónica).
Añadiríamos a éstos dos aspectos fundamentales de salvación, un tercer elemento de catarsis creadora: la pasión. La pasión como fuerza infinita e inagotable para asumir con entereza el cotidiano laberinto de la vida. Pasión para confrontar con férrea voluntad los días y las noches, los miedos y los abismos. Pasión para encontrar la palabra justa, el verso necesario, la imagen perfecta. No toda palabra es urgente, ni toda voz es necesaria.
"Sí...estamos convencidos que la poesía es magia, es la voz de los dioses encarnados en la piel de los poetas. Estamos convencidos que la poesía nos aleja del mundo y todas sus vicisitudes y con ella forjamos un mundo pletórico de sueños y de realidades que superan las adversidades de nuestra condición humana. La poesía es un viaje hacia lo eterno, es un encuentro con el destino y la existencia, es acto representativo de todas nuestras fortalezas y debilidades; expresión de la angustia indecible y de la cambiante condición humana. Ella, la poesía, no sólo es acto creativo, sino que, al mismo tiempo es acto recreativo consciente e inconsciente, vivificante, retador, asumiendo a veces, la cara del absurdo, la fortaleza del guerrero, la tristeza de la derrota, la alegría del triunfo. Otras veces es instrumento de la historia, la magia del pensamiento, de la palabra y del sentimiento humano...humildemente humano, decididamente humano". (Texto de John Fernando).
Leonardo fabio Marín
John Fernando Córdoba
Jorge Hernán Hoyos
Pereira, Colombia, julio de 2011